martes, 22 de julio de 2014

CUBA Y LA HUELLA DE RUSIA





                                                     





Varias  personas pueden vivir  un mismo  acontecimiento y  a la hora de  describirlo, de recordarlo ,lo hacen  de diferente  manera porque  cada uno lo  ha  visto desde diferente ángulo, lo ha vivido bajo diferentes condiciones, cada uno tiene diferentes intereses  y diferentes maneras de enfocar la  situación, cada uno ha jugado un papel diferente en el desarrollo  de ese acontecimiento. Puede  que algunos  recuerdos tengan  muchos puntos de contactos pero seguramente  habrá también algunas diferencias entre ellos,  al leer este articulo volverás el recuerdo a esa etapa de la historia   de Cuba  en  que Rusia , es decir,  la URSS  en  aquellos tiempos, tenía  que   ver con  todo lo que a Cuba  se  refería.

La presencia rusa  en   Cuba  comenzó en  1960, en  aquella  época  la   URSS ( Unión  de   Repúblicas Socialistas  Soviéticas) estaba  formada  por  15 repúblicas pero en  1991 ese inmenso país  de  dividió  en  15 países, siendo el más  extenso  Rusia  que  conservo  a  Moscú  como su  capital.

En  aquel momento,   era tanta la presencia  de rusos y  de productos rusos en  Cuba que  hasta nos parecía  normal,  ingenuamente pensábamos que  nuestra  azúcar era canjeada por todos aquellos servicios  y productos , más tarde supimos que  un  pedazo de tierra  en  una  posición estratégica era la razón  de tanta devoción hacia los cubanos.  
 
                                        
 
Habían rusos por doquier,  de todas las edades, rubios  y  morenos, con  ojos  azules  y verdes, negros y  grises, delgados y regordetes ,les encantaba tenderse  en  la arena  a dorarse bajo nuestro  cálido  sol por lo  que  a veces  había  también  rusos  rojos, me  gustaba  ver  las niñas llevando en  su   pelo  lazos de cintas  de  colores.

Miles  de cubanos  fueron  a la URSS a estudiar  carreras  militares, científicas, técnicas además del  idioma ruso y  en  Cuba en muchas escuelas se cambió  la  enseñanza  del idioma Ingles  por el Ruso, nos sentíamos tan  agradecidos  de los camaradas soviéticos  que  no sabíamos  que  hacer  para agradarle, se  ensenaba  su  idioma en  las  escuelas y  en  la radio  nacional, celebrábamos sus  fiestas patrias, y  hasta nuestras   bibliotecas  y  librerías   se vieron  inundadas de una lluvia de libros rusos, novelas, cuentos, poesías, teatro, economía, arte, política, marxismo, pedagogía, psicología, matemáticas, etc.  etc. etc.  autores   de diferentes épocas se acomodaron  en  su  nuevo hogar permitiendo que  nuestros  ávidos lectores  de las zonas más recónditas del país  se familiarizaran con autores  de la talla de Gorki, Chejov, Tolstoi, Makarenko, Konstantinov, Polevoi, Pushkin sin  faltar un  autor  cuyos  libros eran  bibliografía a  consultar obligatoriamente en  todas las escuelas superiores junto  a los de Engels y Marx, me  refiero  a Lenin.
  
 
                                                          
  
En  la  televisión abundaban  los programas  facturados  en  la URSS,  series, películas, dibujos animados , los  repetían  hasta  la saciedad aunque  ya  los niños  se los supieran  de memoria,  recuerdo  17 Instantes de una  Primavera, las películas  Moscú mi amor eres tú, Ve y mira.

Comenzaron  a llegarnos   publicaciones  de la  URSS  recuerdo el  diario Pravda,  las revistas Mujer  Soviética, Tiempos Nuevos, Panorama  Olímpico, URSS, Misha, que además  de lindos   colores después  de leerlas las usábamos  para  forrar  los libros  de la escuela.

En la calles  comenzaron  a circular  los Volga, Moskvitch, Ladas, las motos Ural,  y  a pesar del tiempo gracias  al ingenio  de sus  dueños algunos quedan  rodando aun y  en   nuestros cielos  volaban los   aviones  de   Aeroflot junto  a  los MIG , aviones  de   guerra.
 
 
 
 

Los cubanos disfrutamos  por mucho tiempo de las asiduas actuaciones del Ballet Bolshoi  grande entre  los  grandes, del Circo   Ruso, coros, instrumentistas, cantantes, magos,  llenaban  nuestros  teatros.

Una  de las cosas que  recuerdo que  más  emoción me  causo  en  su momento  fue la salida  al espacio de la nave  espacial soviética Soyuz 38 porque formando parte de esa tripulación iba el primer  cosmonauta  cubano  y  Latinoamericano, el piloto Arnaldo  Tamayo Méndez .
  
                                                        

  

Muchos sitios especialmente  hospitales  y  escuelas comenzaron a  bautizarse  con  el nombre  de Lenin, bustos  de todos tamaños  y  colores abundaban  en  establecimientos públicos y hasta  en algunas casas junto a la bandera  rusa.

En  muchas casas quedan  huellas de la URSS, puede  ser una  tele,  una  lavadora  Aurika, un  ventilador Orbita que fue concebido  para  descongelar  el refrigerador pero que  se convirtió  en  una   tabla  de  salvación en  los  cálidos veranos  cubanos, planchas, relojes, aires acondicionados todo hecho  en  la URSS y muchos conservan  con  cariño esas muñequitas  hechas de madera y pintadas  de alegres colores que  se llaman matrioskas y  que nunca  las he  podido tener.

Comenzaron  a llegar   productos  de todo tipo  desde  la URSS,  estos iban  desde  cuchillas de afeitar, carne  enlatada, compotas para  bebes,  leche  en  polvo, etc etc etc. 
                                                
 
 

 
La distancia   entre  Moscu  y  La Habana  son  9 550  km, y así  se llamaba   un  programa  de  participación cuyo  premio  era  precisamente  sortear esa distancia en  un  viaje  turistico de  La Habana  a  Moscú.

Una  de las huellas más palpables de la presencia rusa en  Cuba  son  sin  duda los nombres  de aquellos niños   que nacieron entre el 60 y  el 91, era  muy  usual encontrarse en  un aula al menos   15 niños  con  nombres rusos,   nombres  bonitos sin  dudas  como     Alexander, Vladimir, Anatoli, Yury, Lena, Tamara, Galina, Alexei, Boris, Valentina, Irina, Natacha, Tatiana, Irina, Katia que junto  a  niños  con  nombres  como Pedro, Juan, Antonio, Luis, Manuel, Rosa, Alicia, Sofía  etc. etc. etc. fueron creciendo juntos.

Creo  que no  me equivoco  si  digo que  no  había un  aspecto de nuestra vida que  no tuviera algo que  ver  con  la URSS,  ella era   como nuestra  madre, quien  nos suplía  de  todo mientras nosotros nos  fuimos descuidando de producir,   fuimos abandonando  nuestra  industria , nos acomodamos  a recibir lo que todos  creían  firmemente  que  era  una  ayuda gratuita de  ese   lejano y  gran  país que  un  día cayo también   en  un  gran  hoyo no  solo económico sino  también  social y  político y  cuando esta  ayuda dejo de llegar comenzó la crisis económica  de  la que  Cuba  no logra  recuperarse.
 
 
 
 
                        

He leído  en  la prensa  de la visita a Cuba  del presidente  ruso Vladimir Putin quien  le perdono  el 90%  que  equivalen  a  31. 700 millones de dólares  de la deuda que  el país había  contraído con  la URSS, es una  visita  para  entre  otros  asuntos tratar temas  relacionados con  la colaboración entre ambos países,  aunque algunos entendidos  opinan que  tendría algo   que  ver  con la reapertura  de la base de espionaje electrónico  Lourdes   que  durante  la Guerra fría  monitoreaba  las comunicaciones en  USA desde Cayo  Hueso  hasta Washington.

Volveremos ver en  nuestras playas  miles  de  rusos,  asesores por doquier, quizás volvamos  a tener carne  rusa  en  las bodegas , autos más  modernos pero esta vez sabemos con certeza  que  la ayuda  no  es  gratis, ya  sabemos el precio,  Cuba  brindara  su   territorio  para  que  otro país espié  a USA después  que  tantas  veces  a  condenado  el espionaje a nivel mundial. La   huella  de  Rusia será  profunda y diferente.

 

 

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