jueves, 11 de diciembre de 2014

ECUADOR, JUSTO EN EL CENTRO DEL MUNDO

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Siempre   he sido una  buena  lectora, no puedo soportar la  tentación  de tener un libro, una revista, un  periódico delante y  no  echarle una ojeada, algunos amigos, medio en  broma medio en serio, me decían  que  tenia alma de polilla, que  cuando veía un libro  me olvidaba de todo  y  hasta  que no terminaba de leerlo lo demás  para    no existía.
No siempre mi librero estuvo lleno de gruesos  libros de cubierta de cuero y  letras   doradas, Alejandro Dumas, Julio Verne, Emilio  Salgari, Stevenson, Quiroga, Herminio Almendro, los Hnos. Grimm  formaron   mi primera  colección  de libros infantiles y  juveniles, espacio  compartido también  por grandes libros de   Geografía,  Botánica, Biología, Historia que  conserve  por mucho tiempo y utilice muchas veces como bibliografía  a  la hora  de ayudar a los estudiante  en sus  trabajos investigativos y realización  de sus  tareas  diarias.
Todos  eran importantes para  mí, unos y otros ayudaron a  llenar mi tiempo y a enriquecerme, a  alimentar mi imaginación y  despertar en mi  la necesidad de acercarme de alguna  manera, de ver con mis propios ojos lo que  desde niña  me había  hecho sonar muchas  veces.
 
 
 
 
 
Recuerdo especialmente  un   grueso  libro de  Geografía, cuando  me lo  regalaron ya era viejo,  sus páginas  tenían huellas  de  haber  sido  manoseadas una y otra vez, yo tenía   10  años y  este  libro se  convirtió  en  un  regalo de mucho valor, siempre  estaba  a mi  alcance y no me  cansaba de  mirar  sus ilustraciones , había una   ilustración que llamaba  mucho mi atención, mostraba  un   grupo de  personas sentadas y  al pie de  la foto decía,  Meridano   Cero,  La  Mitad  del Mundo.
Yo había   viajado  muchas   millas   de viaje submarino, había  estado en  islas desiertas, naufragios, selvas, había ganado y perdido batallas, había  conocido reinos  e imperios, tribus  salvajes, conocía  una  cucaracha que  se caso con  un  ratón, animales que hablaban  y nos dejaban   ricas  enseñanzas, lo que era verso  y  prosa. He   podido   cumplir   algunos de mis sueños de  niña,  uno   de  esos  sueños era algún  día  visitar Ecuador, país  lleno de leyendas, historia, cultura y magia, colibríes ,mariposas  y volcanes, y hace 4   años ese sueño fue cumplido,  una  noche del mes de Febrero  el avión   en   que   viajaba aterrizo en  la   capital  ecuatoriana.
Quito   desde el aire parece un rompecabezas confeccionado  con  diamantes,  la ciudad  está   situada  a  2800 metros  sobre el nivel del mar  y fue fundada  en  el año  1532 por el español  Sebastián  de Benalcázar.
                                                        
                                                              
 
 
 

Desde   el hogar de mis  amigos, una  familia   de  intelectuales ecuatorianos  que tuvieron la gentileza  de  acogerme,  se  ven  las montañas  muy  altas, como si tocaran  el cielo, después  de disfrutar  un  poco   de  este   paisaje nos fuimos   al  Centro Histórico  de la  Ciudad , allí rodeando la Plaza  Grande hermosos  edificios  coloniales,  entre  los que sobresalen   una    hermosa  iglesia y  el  Palacio  de Gobierno en  el que pude tomarme una foto  con  la guardia presidencial. La Plaza   Grande  es un  lugar muy hermoso,  lleno de árboles, palomas y  flores , gente que  la atraviesan  en  varias direcciones y otros  que  deciden  pasar  el día disfrutando  del ambiente entre ellos muchos ancianos de ambos  sexos que conversan, leen el diario, alimentan las palomas y disfrutan de presentaciones culturales que  se van  sucediendo todo el día.
 
                                                            
 
 
 

Al explorar los alrededores pues por todos lados hay exposiciones, museos, iglesias  visitamos el Museo Camilo Egas, pintor  quiteño cuya temática predominante  era el tema indigenista, obras  representando rituales, danzas etc.   adornan las paredes de este  pequeño pero   acogedor museo luego nos  acercamos al  Portal Arzobispal, un edificio construido  en  el  1700  que tiene  3 pisos ocupados por pintorescos   restaurantes y   unos patios   hermosos   llenos  de plantas   y  piezas de  arte,  en   este  edificio   disfrutamos de un  sabroso almuerzo en   un  restaurante  que   se  llama   HASTA  LA VUELTA  SENOR .
Abundan   las  grandes   iglesias, majestuosas, visite  una  que llamo mi  atención  porque  su interior   está cubierto de oro y   posteriormente  visitamos   la Biblioteca Municipal   ubicada en   un  edificio colonial,  con pasillos y  patios interiores,  sus salas son inmensas y  dotadas  con  una colección  actualizada y  abundante, muebles modernos y  bibliotecarios jóvenes y  muy bien preparados.
 
                                                         

 
Ecuador es un país con una  rica  cultura  y  en Quito se respira  en  cada uno de sus  rincones. Después  de nuestro   recorrido disfrutamos  de danzas y  plegarias  Krisna en  La Plaza   Grande,  al concluir   su representación  seguimos  hasta su  templo a este grupo  de jóvenes para aprender  más acerca de esta  filosofía, eran muy jóvenes y  entre  ellos  había  3 monjes. Estuvimos en  una  exposición  de fotografías  dedicada a mujeres  ecuatorianas  destacadas, nos   deleitamos  con las   danzas de  jóvenes  indios   ataviados con   sus  trajes típicos ,paseamos por el mercado en el que es muy difícil  elegir que comprar   por el colorido y  lo   original   de  los   productos  que  se  ofrecen.
No podía  faltar un  recorrido  por la calle   Ronda muy conocida por   su  bares, restaurantes, ventanas  llenas  de geranios, espectáculos de música y  danza, gente de todas las edades  paseando  y  disfrutando  de   la variada  y  sabrosa comida  que  en ella se  puede  encontrar, un ambiente  acogedor  a pesar  del   frio   que   poco  a poco   iba   envolviendo  a  Quito y al finalizar nuestra cena un   lindo recorrido en  auto por los alrededores; barrios muy iluminados   con   impresionantes  edificios  llenos de  vida  e historia.
 
 
 
 
 
 
 
En   Quito pude pasear ,ir a  comprar  frutas deliciosas en pequeñas  bodeguitas   que abundan  por doquier me quede prendada  de las  guanábanas que  ya conocía pero puedo afirmar  que   las de Ecuador son las más  dulces y  cremosas   que  he probado,  sentarme en  una  terraza  a tomar un batido de frutas, ir al   cine,  los precios   son   módicos, el transporte  público  tiene muy buen  servicio.
Pude visitar la Mitad  del Mundo, es una  visita obligada para todos los turistas  que   llegan  a  Ecuador no solo  por la belleza del  sitio donde  se encuentra sino también por lo interesante  que resulta poder   experimentar lo   que  se siente  al estar   parado justo  en  la línea   que divide  al  mundo   a la mitad. Allí   encontraras  guías que con  gran maestría te  explicaran   todo lo que quieras  saber, y  con  experimentos    bien  sencillos  te ayudan   a comprobarlo.
La visita   a la  Fundación    Guayasamin  no podía  faltar en mi  itinerario tampoco la  Capilla  del Hombre  en   ambas   disfrute de la obra   del gran  artista y   conoci mas de su vida .
Faltaron muchas   cosas  que  ver   y disfrutar en  este   hermoso  país y  una   invitación   abierta  para  volver , motivos más que  suficientes  para   regresar .

 
 
 


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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