Mi encuentro con la obra artística de Carlos Luna.
Ocurrió en el Museo de Arte de Fort Lauderdale de la Florida. En Cuba, sabía de
la existencia de este talentoso artista plástico, pero no tuve la oportunidad
de admirar su arte y desde que pude disfrutar de su colección denominada “Pablo Picasso Cerámicas”, trato de seguir su
trayectoria y disfrutar sus triunfos. Sí, mi corazón está feliz al ver como un
chico de mi pueblo ha llegado a la cima entre los artistas plásticos contemporáneos.
Imagino la satisfacción que deben sentir su padres, hermanas, vecinos, profesores
,la gente que estuvo cerca cuando este artista iba descubriendo el arte de
mezclar colores, texturas, técnicas, temas para llevar al mundo una obra
colmada de misticismo, erotismo, prejuicios, religión, antropología, con un
estilo único que permite que su obra cautive al espectador.
Carlos Luna nació
el 2 de Enero de 1969 en San Luis de la
provincia de Pinar del Río, Cuba. En el 1991 deja Cuba y se establece en
Puebla, México, allí reside hasta el 2002 fecha en que se radica en Estados
Unidos con su esposa y sus tres hijos. Estudio en la Escuela Provincial de
Artes Plásticas de Pinar del Rio, luego en la Academia de San Alejandro en la
Habana, y en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Habana y en el Instituto
Superior de Arte de La Habana.
Ha expuesto su
obra en muchos países y ciudades de USA, pero sus primeras expocisiones
personales fueron en la Galería de Arte Atilano Armenteros de San Luis, en 1984
y 1986. Ha sido galardonado muchas veces y recibió un premio especial otorgado
por el Servicio de Inmigración y Naturalización. Se otorga a extranjeros con
habilidades especiales (deportistas, científicos, artistas ) Este premio le permitió
a él y su familia recibir la residencia permanente en Estados Unidos.
Carlos Luna es
un orgullo de nuestra tierra. Artista de renombre que pone en sus obras un
toque de cubanía , que conquisto la cima sin olvidar sus raíces.
ANALISIS DE
LOS CONTENIDOS DE SU OBRA
su obra se basa en una sólida
preparación clásica que obtuvo durante sus estudios en Cuba. Como resultado, su
dominio del dibujo es excelente, y él sabe muy bien cómo usar los elementos
formales de color, línea y volumen. Sus observaciones de las pinturas de los
antiguos maestros —su abuela tenía una colección de reproducciones de obras de
Matthias Grünewald, Andrea Mantegna, Diego Velázquez —le brindan sus primeras
experiencias con la historia del arte, junto con el manuscrito iluminado del
monje medieval español Beatus de Liébana. Los estudios formales y especialmente
las observaciones directas de obras de maestros cubanos tales como La silla de Wifredo
Lam, 1943, en el Museo Nacional de Bellas Artes en La Habana, tuvieron un
profundo efecto en su comprensión de la estética.
La manera que tiene Luna de hacer un
cuadro consiste en trabajar con mucho cuidado para garantizar que la pintura
resulte un artefacto material bien hecho, así como una expresión articulada de
sus ideas. Él disfruta el proceso de trabajar con óleo. “Pintar es como una
mujer que te enseñará el cuerpo si tú le ofreces tu alma”, dice el artista. En
lo concerniente al proceso de pintar al óleo exige trabajar lentamente para ir
creando múltiples capas luego de que él personalmente prepara la tela con
diferentes tonos de yeso de París, algunos hechos a mano, otros comprados. El
proceso de composición empieza con bocetos preliminares a fin de definir las
ideas que han de ser ejecutadas en el cuadro. Un dibujo al creyón sobre una
base de almagre crea el fundamento estructural de la pintura. La superficie del
lienzo va adquiriendo solidez según se le aplican capas de color por etapas,
una nueva capa cuando la anterior ya se ha secado.
Estos intereses particulares en los
procesos clásicos de producción son un indicio de la preocupación fundamental
de Carlos Luna con la pintura, como algo distinto de otras maneras
contemporáneas de hacer arte, tales como la instalación, la representación (el
performance), el vídeo o la fotografía (al igual que Picasso, él también ha experimentado
con el grabado y la cerámica). Respecto a la fotografía, Luna la disfruta y la
respeta, especialmente en las manos de un gran maestro de la talla de Edward
Weston. Sin embargo, a diferencia de algunos pintores actuales, Luna no usa
fotografías en la creación de sus cuadros. Tal vez su insistencia en labrarse
una carrera como pintor, en lugar de seguir los caminos que la crítica ha
puesto tan en boga de la instalación, el performance o las artes mediáticas,
fue un factor en su decisión de abandonar la escena artística de Cuba a
principios de los años noventa. Su objetivo era fundamentar su arte en medios
tradicionales pero con una voz contemporánea. De ahí su compromiso con la
pintura.
Aunque él está receptivo y atento a
nuevos descubrimiento e innovaciones en su aproximación al arte, la obra de
Luna no puede considerarse de vanguardia en el contexto del arte contemporáneo.
El encuentra la vanguardia actual más vinculada con la moda, el mercado y el
éxito. La vanguardia de principios del siglo XX es más interesante porque era
más auténtica.
Luna convendría con el filósofo John
Dewey en que la tarea del artista consiste en cerciorarse de establecer y
conservar la continuidad entre las “refinadas e intensificadas formas de la
experiencia que son obras de arte y los acontecimientos, hechos y sufrimientos
cotidianos que universalmente se reconoce que constituyen la experiencia” Las
ideas de Dewey respecto al arte y a la experiencia cotidiana parecen avenirse
bien al enfoque que tiene Luna de la pintura. Sus cuadros son esencialmente
relatos históricos, en parte autobiográficos, presentados en forma visual. Los
relatos provienen de las experiencias diarias reconstruidas en la imaginación
valiéndose de la iconografía de las experiencias personales y culturales del
artista. Las narrativas visuales en los cuadros invitan al espectador a
vincularse con ellos y a sentir el auténtico poder emocional de los relatos.
Esto significa que un cuadro comienza a vivir para el espectador cuando éste
mira atentamente la obra, dando lugar a que despierte su interés y su disfrute.
La iconografía y los relatos que se cuentan en los cuadros de Luna son a un
tiempo incidentes particulares y temas universales. Traen a la conciencia las
experiencias ordinarias de la vida: pasión violencia, ambición, conflicto,
humor, ironía y sensualidad.
Cuando se ve desde la perspectiva de
su cultura de origen en Cuba, el arte de Luna abarca también la estética a la
que se adhiriera el novelista y ensayista cubano Alejo Carpentier, quien
introdujo el concepto de lo real maravilloso americano. Carpentier introduce lo
maravilloso como una alternativa al surrealismo, donde los sueños y el
inconsciente son la fuente principal de las imágenes del artista. Él describe
lo maravilloso como un concepto vital que abarca la historia, el ambiente
natural y la cultura —incluidos los rituales y danzas indios y afrocubanos y
otros aspectos de la cultura latinoamericana. Las realidades naturales de
tiempo y lugar, con sus improbables yuxtaposiciones que existen debido a la
historia, la geografía y la política particulares de América Latina, brindan
las fuentes para sus artistas. La estética de lo maravilloso de Carpentier
ayuda a situar los cuadros de Luna en el contexto del arte latinoamericano.
El resultado son obras que funcionan
como narrativas visuales. Los relatos en la producción artística de Carlos Luna
existen en un mundo visual que consiste tanto de representación como de
abstracción. Los colores brillantes son un componente importante de sus
estructuras visuales, en los que el artista con frecuencia favorece los rojos,
los azules y los dorados, pero en los que también incorpora tonos de negro y de
marrón. Formas vigorosamente lineales, a veces cubistas, a veces como formas
orgánicas de flores o tallos y hojas de plantas, contienen la enérgica elección
de los colores. Como si los inspiraran ritmos musicales, los colores y las
formas bailan a través de la tela con la energía de las fuerzas naturales
vivas. Los escenarios de las acciones narrativas en los cuadros, ya sean
teatrales o de cualquier otra índole, incluyen una rica tapicería de elementos
gráficos extraídos de muchas culturas.
es hermoso que en nuetro pueblo contemos con tanto talento, yo tuve la oportunidad tere de ver su obra acabado de llegar y verdaderamente es impresionante
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