Hace un tiempo, al reencontrarme con mi amigo y compañero de escuela Rodovaldo Castillo, experimente una gran alegría porque hacia mucho tiempo que no sabia nada de el .Castillo, como lo llamamos , no solo era un genio en Matematica sino también una gran persona con un carácter muy especial, un luchador invencible.
Mi amigo Castillo, junto con Guido y Enrique, fueron fundadores del Club de Computación, o Joven Club, creados en Cuba en los 90, era un lugar acogedor, donde a pesar de las limitaciones reinaba un buen ambiente y un sincero deseo de ayudar y educar a todo el que quisiera en el uso de las computadoras, en esa época era el único lugar donde habían computadoras en el pueblo.
En aquel tiempo me sobraban tiempo y deseos de aprender asi que, me matricule en el Club de Computación con mucha ilusión, pero los cortes de electricidad o apagones se confabularon para ocurrir justo en el horario en que comenzaban mis clases, por lo que, muy a pesar mio, los conocimientos que pude adquirir fueron muy básicos pero aprendi algo que es muy importante a la hora de sentarte frente a un computador, aprendi a no temer a equivocarte y esa pequeña lección la pongo en practica todos los días.
Como es de suponer me quede con la espinita de no haber terminado con lo que tanta ilusión me proponía y al salir de Cuba tome algunas clases y lo demás lo aprendi investigando y apretando teclas .Es increíble todo lo que podemos hacer sin tener que salir de casa con una computadora y una conexión a Internet. Ahora, tengo electricidad, computadora, algunos conocimientos pero me falta tiempo.
Una de las cosas de las que he disfrutado han sido de las salas de chat o charlas, son muy populares y están clasificadas por edades, paises, credos, intereses, es decir que puedes elegir con que tipo de personas deseas charlar, es una forma novedosa y gratis de conocer personas de cualquier lugar del mundo, de pasar un rato entre risas y amenas charlas sin tener que salir de casa, podemos además intercambiar información, referencias etc.
Yo he visitado algunos chats y he conocido gente de diferentes latitudes que aunque ha pasado mucho tiempo sigo recordando con alegría y seguimos manteniendo una linda amistad. Hace aproximadamente 14 anos conoci un CHAT CUBANO, al que se accedia a través de Correos de Cuba, era un chat muy interesante porque no solo nos conectábamos cubanos de ambos lados del mar, sino también personas de otros países que querían aprender mas sobre Cuba y sus gentes.
Guardo muy bonitos recuerdos del
primer y único Chat Cubano que he conocido y visitado, había un ambiente muy bonito y conocí
muchas personas agradables, entre ellas mi amigo
Santile y su esposa, mi amiga de Banes,
Cary y Vivian una jovial habanera con la que
aun mantengo contacto.
Este chat tenía algo muy peculiar
que no he vuelto a encontrar en ningún otro ,no sé si
llamarle censura o espionaje, era algo que nos hacia reír
y molestar en aquel tiempo, pero
ahora que lo recuerdo y revivo las cosas que pasaban
pienso que ese chat era usado como termómetro
para medir los ánimos , y que detrás de la
pantalla había más de uno que no estaba ahí solamente
para charlar amigablemente.
En este chat había ciertas
palabras que no podías escribir porque corrías el riesgo de ser
baneado temporal o definitivamente, es decir no podías
acceder más.
Recuerdo varias de
estas palabras porque una vez use
una de ellas y pague la novatada con una
expulsión definitiva, en mi caso alguien en la
sala pregunto el apellido del cantante mexicano
Cristian, al decir CASTRO, termino mi estadía
en aquel chat, tampoco podías escribir, CABALLO,
nombre con el que se conoce entre los
cubanos al Presidente, JUSTICIA, GOBIERNO, PROTESTA, LEYES,
LIBERTAD, etc etc etc, estaban incluidas en esa lista negra.
Era una sala de
Chat alegre, no era un lugar donde se
hablaba de política ni de conspiraciones,
era un sitio de encuentro entre los
de adentro y fuera del país y nuestros amigos del
mundo, un lugar de acercamiento a nuestra
gente y a nuestra tierra.
Creo que a pesar de
todo fue un buen intento que debería
repetirse, quizás algún día cuando todos los
cubanos de la Isla tengan acceso a internet
y puedan tener una computadora, las
distancias se harán más cortas y la nostalgia
dejara de ser tan dolorosa cuando podamos cambiar
nuestras lagrimas por sonrisas.
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