Hace 18 años
salí de Cuba, detrás quedo mi familia,
mis amigos y vecinos, quedaron mis raíces y recuerdos, mi casa que aunque era
humilde era mi hogar, un trabajo que no era bien pagado ni
tenia las mejores condiciones para realizarlo pero yo lo disfrutaba, quedaron
los olores y sabores, la brillantez de nuestro cielo y el verdor de nuestra
tierra.
Los amigos
son joyas de inapreciable valor, no encontramos amigos todos los días, pero esos
que llegan a tu vida llegan a ser parte
de tu familia al igual que los buenos vecinos, han sido tesoros
preciosos que un día llegaron a mí y conmigo se han quedado.
Desde que nacemos comenzamos a establecer
lazos con personas ajenas a nuestra
familia a los que, cuando somos niños llamamos amiguitos, con ellos jugamos en
nuestras casas, en el barrio, asistimos a
las mismas fiestas de cumpleaños a veces somos pacientes del mismo
doctor y al comenzar la escuela es muy probable que
compartamos con ellos en la misma
aula.
Al
comenzar la escuela, algunos amigos
conocen a otros niños y se van separando, eligen con quienes
se sienten mejor, con quienes
comparten intereses comunes, comienza un
proceso que durara hasta
el final de nuestros días, la
llegada y salida
a nuestra vida de esas
personas con las que
tanto llegamos a identificar a
los que llamamos amigos.
De mi edad
infantil conservo dos amigas a
las que veo cuando voy a
visitar a mi familia y al encontrarnos
lo disfrutamos tanto como cuando éramos
pequeñas y jugábamos juntas, tengo varios amigos
en mi etapa juvenil y
ya de adulta, pues también he
conocido buenos amigos. Por supuesto, las vivencias, los recuerdos y las relaciones han
sido diferentes en
cada edad.
Me
agrada pensar que los
amigos son como nuestros ángeles de la
guarda, han sido elegidos para
llegar a nuestra vida cuando más
los necesitamos, están siempre
aunque no los veamos, sienten
nuestras penas, disfrutan
nuestros logros y alegrías, llegan a conocernos tanto que a
veces parece que adivinan nuestros pensamientos y sentimientos.
Un amigo es
como un hermano, a veces, tenemos más comunicación con ellos, nos entendemos más, compartimos
más tiempo juntos.
Mis amigos
son tíos de mi hijo compartieron mi felicidad al tenerlo y lo han
visto crecer, ahora que seré abuela
de twins también disfrutaran
de mis nietos, existe reciprocidad en
nuestra entrega, entre los amigos no hay
egoísmo porque si así fuera, sencillamente no serían amigos.
Tengo amigos
de varios países, conocerlos ha
sido de gran provecho
para mí, han enriquecido mi vida, he
aprendido de historia y cultura,
y he conocido sitios que
siempre había deseado
conocer.
Para
ese amigo que
me tira de las orejas cuando
tomo una decisión errada, para
el que anima a
levantarme con nuevos bríos
ante cada caída, para el que
me invita a hacer realidad
los sueños, para el que
simplemente existe y
me aprecia, para
el que cuando estoy sin
fuerzas espera paciente que
le abra mi corazón para
ayudarme a sanar mis heridas,
para el que me echa
de menos, para el cascarrabias,
para el olvidadizo, para
el que llega sin avisar,
para el que disfruta
mi presencia, para todos ellos
y también para los otros,
por ser un
regalo divino, por permitirme
disfrutar de cada uno incluyendo
sus familias, por reír y
llorar juntos, por perdonar
y perder
los miedos, para todos los que
ya son mis amigos
y también para
todos aquellos que
llegaran a mi vida en algún
momento, muchas gracias por vuestro amor y afecto,
gracias por el tiempo que dedican a
sus amigos.