Hace algún tiempo visite Valencia por primera vez, este viaje coincidió con la celebración de las fallas y dedique casi todo mi tiempo a visitarlas y disfrutar de ellas ,en esa ocasión disfrute de la hospitalidad de una familia que me acogió en su hogar como a una hija, fue para mi muy importante descubrir no solo el encanto de la festividad sino aquellos lugares que todo el visitante debe recorrer a su paso por la ciudad, fueron días cargados de emociones y de actividades, ante mis ojos aparecían gracias a José Luis que me llevaba de la mano por los mejores sitios del lugar, el contraste de los antiguos edificios y de la moderna Ciudad de las Ciencias, los museos, los teatros, las fallas enormes y pequeñas exponiendo cada una un problema o asunto de interés no solo para la ciudad sino también para el país y el mundo, el fruto de meses de dedicación por parte de los artistas que trabajan día y noche para poder entregar la mejor falla que representara a su barrio o pueblo, el puerto que se preparaba para la Copa de Velas, la Fabrica Lladro con esas piezas tan peculiares que desde niña había disfrutado y ahora tenia delante de mi sin poder creerlo.
De día y de noche, en el metro o en la Vespa de mi amigo andábamos por toda la ciudad, me llamaba la atención la maestría con la que los artistas que hicieron las fallas llevaban a sus obras temas tales como la corrupción, el abuso sexual, la labor de los malos gobernantes, muchas presentaban personajes de la vida política , social y cultural del país, llevando en una presentación agradable a la vista, llena de colores, una denuncia a toda voz. Los falleros también me fascinaron, familias enteras se veían involucradas en la celebración, varias generaciones unidas, pude disfrutar de los trajes de las falleras, confecciones llenas de colorido y elegancia, hechas con el mejor gusto y tejidos caros lo que realzaba la belleza de las valencianas, los hombres y niños también lucían sus mejores galas.Las fallas son una fiesta de color y pirotecnia, que llevan a la ciudad y a su cielo alegría y colores. Disfrute mucho los buñuelos, especiales de la fiesta, la alegría que había en cada barrio y pueblo, y al final de la fiesta, estuve muy cerca de la virgen cuando con flores traídas por las falleras hacían su traje, pero…. Me opongo a que las quemen, las encuentro tan bonitas que quisiera poder conservarlas pero como me dijo un amigo, donde las vamos a guardar?
En este viaje fue también mi encuentro con el Mediterráneo, con la horchata, la paella, y al dar la espalda llevaba en el corazón el deseo de regresar.
Y regrese. Sentía que Valencia era mas que todo eso que había descubierto en mi primer viaje, y yo tenia razón, en este viaje pude disfrutar mas íntimamente del mayor tesoro que guarda cualquier país, su gente, tuve mas tiempo para perderme en sus calles y plazas, para conversar con jóvenes y adultos, ir a la peluquería, al mercado, caminar por los jardines del Turia con personas de todas las edades que hacen sus ejercicios al aire libre en este bello sitio que abarca varios Km., pude perderme entre la gente y encontrarme a mi misma conociendo mas a Valencia
En este segundo viaje tuve otro ángel guardián, tiene piernas fuertes y corazón de artista,una alegria contagiosa , un gran amigo, mi otra familia valenciana, de su mano conocí la dieta mediterránea, esa combinación de sabores y colores, alimentos del mar y la tierra que cautiva el mejor paladar, conocedor de la buena cocina, sabia exactamente a donde ir para que pudiera disfrutar de la variedad de platos que conforman la cocina valenciana.
No podía irme de Valencia esta vez sin probar la paella original, por ese motivo viaje a un pueblo que se llama Puerto Sagunto, es una ciudad industrial, nuestro destino era el restaurante CANDELA. El restaurante CANDELA, esta ubicado frente al Mediterráneo, es un sitio muy limpio, elegante diría yo, con un servicio de primera, sus dueñas son amistosas ,saludan y conversan con sus visitantes lo que hace que uno se sienta mas a gusto en este lugar, la comida es excelente, bien confeccionada y con muy buena presentación , a este sitio fui con mi amigo a comer paella, la paella original, hecha de pollo y de conejo y puedo decir que me encanto.
En esta ocasión use mas el transporte publico, en mi viaje de Madrid a Valencia y a mi regreso, use el AVE, me quede maravillada por la comodidad y velocidad que alcanza el tren así como la cantidad de viajes que tiene diariamente entre ambas ciudades, los autobuses también son un servicio muy efectivo .
Pude visitar La Albufera, un hermoso lago cuyas aguas entre otras cosas se utilizan para regar los arrozales, se comunica por tres canales con el mar, en el se encuentran peces de agua dulce, anguilas y lubinas. Es un lago de poca profundidad y en el puedes disfrutar de atardeceres impresionantes así como de viajes en lanchas a través del lago.
Mi ultimo viaje fuera de la ciudad fue a Cullera, allí intente visitar el Santuario de nuestra Sra de la Encarnación y el castillo árabe pero estaban cerrados, no obstante desde aquella altura disfrute de unas vistas del pueblo y el mar muy bonitas, así como de la desembocadura del río Júcar.
En Valencia tome un autobús turístico que tiene dos recorridos por la ciudad, la Valencia Histórica y la Valencia Marítima, en varias horas pude disfrutar de la ciudad mientras oía la explicación de todo lo que íbamos encontrando.
Ir de tapas es muy común en España, yo también me fui de tapas, para mi, mas que comer las ricas y variadas tapas fue disfrutar mas de cerca a la gente, disfrutar su alegría, su entusiasmo, es un encuentro entre amigos con cualquier pretexto para pasarlo bien.
Fueron 11 días llenos de sorpresas, en los que además de descansar pude volver a vivir mis sueños, sentir la magia y el regocijo de estar de nuevo en Valencia, destino que siempre estará en mis planes porque el tiempo nunca es suficiente para disfrutar del encanto de esta tierra y compartir con los amigos.
