Los amantes del deporte estamos de fiesta, Londres viste sus mejores galas para recibir a los deportistas de todo el mundo en el marco de las Olimpiadas y hemos podido disfrutar de grandes competencias, llenos de colorido y energía, donde cada deportista pone lo mejor de sí en la férrea lucha por alcanzar una medalla olímpica, algunos han visto premiados sus esfuerzos, sus agotadoras horas de entrenamientos, su dedicación y entrega y otros no han podido llegar al podio de premiación, pero unos y otros seguirán enfrascados en mejorar sus actuaciones y dejar sus nombres plasmados en la historia del deporte mundial. Renuncias, dolor, lagrimas y risas plagan la vida de los deportistas, superando sus propias metas y preparándose para vencer en buena lid a los demás, poco a poco van llegando al encuentro con los mejores del mundo y ahí miden fuerzas y destrezas, unas veces triunfan, otras no lo logran y de nuevo comienza la preparación para la nueva competencia, una preparación que nunca termina porque muchos al retirarse del deporte activo se dedican a entrenar a otros.
Cuba asistió en 1900 por primera vez a una Olimpiada, ésta se realizó en París y los cubanos obtuvieron dos medallas, sin incluir las medallas de las Olimpiadas de Londres. Cuba ha obtenido un total de 194 medallas olímpicas, 67 de oro, 64 de plata, y 63 de bronce, sin contar con las que ganará en las actuales.
Ramón Fonst fue el primer medallista olímpico cubano, obtuvo medalla de oro en esgrima y plata en espada para amateurs. Cuatro años más tarde, en las Olimpiadas celebradas en San Luis, USA, Fonst se levanto victorioso con tres preseas doradas .Este gran deportista a lo largo de su trayectoria que comenzó cuando tenía apenas 11 años, obtuvo 124 medallas y 25 trofeos.
Grandes deportistas cubanos han obtenido medallas olímpicas, mencionemos Figuerola que obtuvo plata en Tokio 1964, Orlando Martínez boxeador, Héctor Rodríguez judoca, nuestro equipo de vóley femenino que obtuvo oro en tres ocasiones, Daniel Núñez pesista, María Caridad Colon, Juantorena, Stevenson.
Recuerdo cuando era niña haber asistido a los juegos de vóley y básquet que se efectuaban en las canchas de la secundaria básica, allí se reunían los amantes del deporte a apoyar a los locales que con entusiasmo se enfrentaban a los equipos de los municipios vecinos, yo iba acompañando a mi tía y a sus amigas. Me encantaba ver las luces del área deportiva llena de jóvenes y adultos , y al terminar el partido irnos todos a disfrutar los ricos batidos de frutas y trigo que hacía Oneida .
El béisbol es nuestro deporte nacional, en cada barrio se construyó un pequeño estadio, rústico, apenas unas gradas para los espectadores y un sitio más chico para los equipos, los domingos mayormente salían los peloteros con sus uniformes a jugar y los vecinos se reunían a disfrutar del partido.
La educación física se imparte en Cuba como una asignatura más en el ciclo escolar, muchos de nuestros campeones comenzaron a despuntar en sus disciplinas desde tempranas edades. En cada escuela hay una cátedra de educación física, pero además hay diferentes lugares donde se entrenan a los jóvenes deportistas.
Hay varias figuras que estuvieron en la cima del deporte nacional y también tuvieron encuentros internacionales, recuerdo a Leticia, más bien baja, pero de una velocidad increíble en sus piernas lo que la hicieron merecedoras de muchas medallas, Tito , jugador de vóley y compañero mío de la escuela, Covarrubias, Donald Duarte mi vecino y gran pelotero. Hay muchos nombres que mencionar, hombres y mujeres que aman el deporte y sienten pasión por su trabajo aunque nunca hayan asistido a una Olimpiada. Rene Iglesias , Arqui, Benjamin, Achi, Frank Hernández, Marta y Marisol, Lázaro ( El Quemado), Jorge Luis ( El Veneno), José ( Lawton) , Pianito, Félix Iglesias, El Taty, Jesús Reyes, los hermanos Mojena, Julio Orestes Pozo, entrenadores, amigos, haciendo lo mejor que podían con los pocos recursos que tenían disponibles.
No podría dejar de mencionar a Pestana, no recuerdo su nombre a pesar de que trabajamos juntos por algunos años, pero todos los llaman por su apellido, Pestana por su abnegación, su entrega y por todos los muchachos que llevó al deporte de alto rendimiento merece una medalla; la medalla al esfuerzo, al amor a la profesión, al compromiso, no se cansaba, era un trabajador incansable, entrenaba en pistas, caminos, calles, donde pudiera reunirse con sus alumnos, era estricto, pero sus alumnos sabían que del rigor del entrenamiento dependerían sus victorias, no sé si aún sigue entrenando este hombre menudo pero fuerte, pero como yo muchas personas en San Luis y otros lugares de la Isla lo recuerdan con afecto y gratitud.
María del Carmen , fue alumna de Pestana, alta, delgada, veloz, no había quien le ganara en las pistas, ganó muchas medallas en el deporte escolar , tuvo la posibilidad de llegar lejos, de ser otra Yeya Penton, pero para llegar además de sus piernas, su velocidad, su disciplina hacía también falta el respaldo y la orientación de la familia , era muy joven y tiro por la borda sus sueños de llegar lejos en el deporte, se caso, tuvo hijos, la veía de vez en cuando pasar por mi calle, seguía delgada, ágil, ligera como una gacela, y un día la vi correr la que sería la más triste de sus carreras, una carrera en cuya meta le esperaba una cruel y desgarradora noticia, corría desesperada hasta al hospital a donde habían traído a su hijo pequeño que se había ahogado en una piscina, nunca lo he podido olvidar porque solía seguir a María en sus entrenamientos, me gustaba verla correr, parecía que volaba , ella también fue mi alumna, y aunque han pasado más de 15 años la imagen de esta chica corriendo hacia el dolor no la he podido borrar.
Ariadna también fue mi alumna, solía ir a mi casa, allí estaba horas charlando, contándome de sus sueños, y por cada poro le salía el deseo de triunfar, de correr cada día su mejor carrera, me contagiaba su entusiasmo, aunque era muy joven disfrutaba conversar conmigo que con paciencia e inteligencia la instaba a luchar por sus sueños, no tenía zapatos para entrenar, los cosía una y otra vez, pero tenía valor, tenía deseos de triunfar, el sacrificio es mayor cuando no hay condiciones. Pero estoy segura de que el triunfo sabe mejor porque te costó más trabajo conseguirlo, y Ariadna ha ganado muchas medallas, le falta una medalla Olímpica pero sé que un día la podrá conseguir porque correrá con pasión, fuerza, pero sobre todo pondrá en ello su corazón.